Anónimo
Siglo XVIII
La azulejería de los siglos XVII y XVIII sigue una vía diferente de la de los platos y las piezas de forma. Así, en los azulejos, las series sólo en azul son casi inexistentes y la policromía luce en todo su esplendor. Destinados al recubrimiento de paredes y de lugares en los que su pervivencia podía ser larga, los paneles de cerámica tenían un lugar de honor por sus características: la resistencia, la viveza de los colores y la facilidad de mantenimiento. Los paneles de santos se colocaban en conventos, iglesias, capillas, calles y en sitios de particular devoción, y se han encontrado muchos de ellos y en muy buen estado. Santa Teresa presenta en la devoción dos vertientes muy claras: una, la de la mujer práctica, decidida y luchadora, capaz de reformar una orden y fundar multitud de conventos; y la otra, la de mística y escritora. Esta imagen de la santa nos la muestra en este último aspecto. Santa Teresa, en un entorno ascético y con la inspiración representada por la paloma, con pluma y cuaderno en la mano, se encuentra entre nubes que significan su elevación espiritual. El dibujo es realista y de buena factura, con los rasgos regulares y la cara en clara voluntad de retrato, lejos del estereotipo. La representación de las nubes es típicamente barroca.
Sala21 ,Planta2
18 Piel
19 Orfebrería y artes del metal
20 Forja
21 Cerámica
22 Galerías de estudio
Cataluña
Siglo XVIII
Loza
53,5 x 40 cm
Procedencia desconocida
MEV 5054